Podría pensarse en principio, que
Agroecología y Producción Orgánica se refiere más o menos a lo mismo.
Podría uno decir que es producción agropecuaria sin agrotóxicos. Y
estaría en lo cierto.
Como producción orgánica,
y por ende productos orgánicos, se entiende aquella producción o
proceso productivo agropecuario y agroindustrial en el que no se
utilizan determinadas sustancias que están proscriptas por un protocolo,
que se rige de acuerdo a legislación vigente. Producir en forma
orgánica es, entonces, producir de acuerdo a un determinado reglamento.
La reglamentación y la certificación
orgánica hacen hincapié en la seguridad del consumidor y del medio
ambiente. Se busca la obtención de un producto química y
bacteriológicamente sano –hago la salvedad porque puede entenderse
“sano” desde una concepción más integral- que haya sido producido sin
afectar al medio ambiente con residuos tóxicos y que no implique riesgos
para la salud del consumidor.
Se puede cultivar orgánicamente frutillas, algodón, trigo, aún en
monocultivos; se puede aplicar agroquímicos –hay una larguísima lista de
productos comerciales aprobados- a condición de que no estén prohibidos
por las reglamentaciones, porque no causan daño ambiental ni son
riesgosas para la salud del consumidor.Así es que se puede tener un monocultivo de 40 has de frutillas, al que se le aplican muchos productos comerciales (hormonas, sales minerales, promotores de floración, aminoácidos, extractos vegetales) y ese cultivo certifica como orgánico si está dentro de los límites de la normativa. Doy el ejemplo de la frutilla porque conozco un caso concreto como el descripto.
La agroecología es un
planteo mucho más amplio, con una mirada integral sobre el ecosistema.
La agroecología plantea la producción agropecuaria a partir del diálogo
de saberes entre la academia y el campesinado; entre la tradición y los
conocimientos científicos; buscando las tecnologías que permitan
producir en forma sustentable y saludable de acuerdo a los dictados de
la naturaleza; respetando la diversidad biológica y cultural. La
agroecología es eminentemente local; no puede dictarse universalmente un
reglamento para el cultivo agroecológico.
Pero sí hay criterios muy claros a seguir. En la agroecología tampoco
se utilizan productos químicos de síntesis; también se protege la salud
del ecosistema y de los consumidores; pero se entiende como SANO, a un
producto sin tóxicos, sin sustancias dañinas, sin energía negativa, sin
una historia dañina; un producto concebido, producido y consumido en un
agroecosistema y un entorno social saludables. SANO y SALUDABLE tienen
para la agroecología un componente holístico que va más allá de las
determinaciones de laboratorio.No se puede cultivar solamente algodón, o maíz, o frutillas agroecológicamente. Sí se puede diseñar y cultivar un agroecosistema que produzca frutillas, algodón, maíz… y muchísimas cosas más. Porque agroecológica es una chacra o finca, no un cultivo.
Los productos agroecológicos son
orgánicos casi indefectiblemente, aunque se dan casos de ciertas
prácticas agroecológicas vedadas por las reglamentaciones de producción
orgánica. A la inversa, no ocurre lo mismo: muchísimos productos
orgánicos no son agroecológicos. Lo orgánico mantiene casi siempre la
misma lógica mecanicista, materialista, reduccionista que el resto de la
agricultura “moderna”.
Así, existe un enorme mercado de
productos aprobados para la agricultura orgánica; en muchos lugares los
productores orgánicos “importan” a sus fincas estiércoles, abonos
orgánicos, residuos vegetales, lo cual no tiene nada de ecológico. Hay
marcas especializadas en proveer insumos para la agricultura orgánica,
desde semillas hasta empaques.
En cambio la agroecología plantea el uso
de recursos de la propia finca, disminuyendo en todo lo posible la
dependencia de insumos externos; y en consecuencia, no existe un mercado
de “insumos agroecológicos” ni cosa parecida. La lógica agroecológica
está lejos del mercado.
Finalmente, hay un componente en las
reglamentaciones de producción orgánica que es para-arancelario; los
países del norte buscan la manera de limitar las exportaciones desde el
sur, reglamentando de manera que sea más fácil seguir las normativas en
los climas templados de norte América, Europa y Japón que en el trópico
latinoamericano, africano o indio.
Un ejemplo concreto de esto último es la
prohibición, en la mayoría de las normativas, del uso de sales
minerales de micronutrientes, naturalmente deficientes en los trópicos,
sobre todo cuando se ha trabajado con técnicas de agricultura
modernizada durante algún tiempo.
Resumiendo:
La producción orgánica es un
modo de producir que busca la preservación del ambiente y el cuidado de
la salud del consumidor; puede ser más o menos materialista, más o menos
mercantilista, más o menos comunitaria en su mirada.
La agroecología es una propuesta
metodológica de transformación social, que plantea modos de producción,
transformación y consumo que respeten la diversidad natural y social de
los ecosistemas locales y aseguren la sustentabilidad. Es siempre
solidaria, comunitaria, local, ecosistémica en su mirada.
Por ello es más fácil exportar
productos orgánicos que productos agroecológicos. Gastar más energía en
el transporte que en la producción cae afuera de la lógica
agroecológica, es casi un absurdo.
Agroecología y producción orgánica.Una mirada para el debate.
Ing. Agr. Luis Skupieñ