miércoles, 7 de enero de 2009

SUELOS Composición - 3ª parte


Textura y perfil del suelo


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l perfil del suelo es el conjunto de las capas o estratos denominados horizontes en que se divide la estructura vertical del suelo. En el caso de las tierras agrícolas que nos interesa estudiar, el perfil del suelo útil abarca solamente hasta aquélla capa u horizonte que ya no puede ser alcanzada por las raíces de las plantas.

El perfil del suelo que colonizará las raíces de nuestras plantas, está compuesto por una serie de elementos y partículas minerales de diferentes tamaños y propiedades.

El perfil del suelo es el conjunto de capas o estratos denominados horizontes en que se divide su estructura vertical

La textura del suelo es la relación existente entre las partículas minerales que lo componen y el tamaño de éstas. Depende, por tanto, de la proporción de sus componentes inorgánicos: arena, limo y arcilla. La textura es fundamental en la capacidad impermeabilizante y de retención del agua, así como del mayor o menor rendimiento del sistema radicular de las plantas para asimilar los nutrientes de la solución del suelo.

La textura de los suelos puede ser modificada mediante adecuadas labores agrícolas. Se distinguen en la textura del suelo cuatro categorías principales de acuerdo con el tamaño de los granos minerales que contiene: arena gruesa, entre 0,2 y 2 mm.; arena fina, entre 0,02 y 0,2 mm.; limo, entre 0,002 y 0,02 mm.; y arcilla, cuando los granos son inferiores a 0,002 mm.

Saber como es la textura del suelo es importante para el agricultor. De su conocimiento en cuanto a componentes minerales y orgánicos, drenaje, aireación, etc., dependerá el éxito en la producción de las cosechas. No se puede decir que exista una textura de suelo ideal, pues cada especie puede requerir tipos de suelo muy distintos; unas precisarán buenos drenajes, como los cereales; y otras no podrán crecer sin suelos muy húmedos, como la caña de azúcar. Las condiciones adecuadas para cada una pueden conseguirse mediante trabajos de acondicionamiento. Por ejemplo, en un suelo excesivamente arcilloso las plantas tendrán más capacidad de asimilación de los nutrientes, pero será sin embargo demasiado impermeable y encharcará el agua o lo mantendrá demasiado húmedo; para determinadas plantas de secano es un suelo inviable y sería necesario facilitar el drenaje añadiendo arena. En el caso contrario, un suelo esencialmente de arena gruesa tendrá un mínimo grado de retención del agua, y la asimilación de los nutrientes por las raíces de las plantas será mínimo o nulo; en la práctica en un suelo

gradioso un artículo de esta web: "Naturaleza educativa: www.natureduca.com"

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