Familia: Crucíferas
Nombre científico: Raphanus sativus
Origen/distribución: Procede de China, pero su cultivo está ampliamente extendido por toda Europa y América.
l rábano es una de esas hortalizas que merecen siempre un pequeño espacio en la huerta. Su cultivo es sumamente fácil, tiene gran cantidad de vitamina C, B1, hierro, y excelentes propiedades diuréticas. Además, esta raíz comestible es muy sabrosa, a menudo con un toque picante.
Se trata de una planta anual o bianual, de tallo piloso y ramoso, hojas lobuladas grandes y ásperas con bordes dentados, flores en racimos terminales de color variable, que van desde al blanco al rojo pasando por el amarillo. Las semillas son muy grandes, y según la variedad son de color ocre, rosado o negro.
El tubérculo o raíz, que es en realidad la parte que se consume, puede ser negra, blanca, roja, y rojo-blanca; y su forma alargada (generalmente los que se cultivan en verano y otoño) o redonda (los de primavera). Se consumen habitualmente en ensaladas en crudo, que es la manera en que conservan todas sus vitaminas y propiedades, aunque los de otoño pueden cocerse; alguna variedad, como el rábano japonés (blanco y alargado), también se consume encurtido.
Reproducción y cultivo |
El rábano se reproduce por semillas. No necesita semillero y ocupa muy poco espacio en la huerta; se siembra directamente en el terreno definitivo dejando sólo 3 cm. de distancia entre las simientes. No precisa aclarado posterior de las matas. Es posible escalonar la siembra en periodos muy cortos, por ejemplo cada diez días, y así disponer de una producción continua de rabanitos frescos; los primeros que sembremos ya los podemos recolectar unos 25 días después, ya que tienen un ciclo de crecimiento muy rápido. Si disponemos de invernadero podemos sembrar en bandejas, y así beneficiarnos de esta excelente hortaliza incluso en las épocas más frías.
Al rábano le va bien casi cualquier tipo de suelo, siempre que no sea excesivamente ácido (se puede corregir añadiendo cal). Obviamente, se obtienen mejores resultados si se dispone de un suelo rico en materia orgánica, y a ser posible ligero, con algo de arena para que las raíces no crezcan apelmazadas, así se consiguen frutos más tiernos. Le conviene una exposición soleada y riegos frecuentes.
Recolección |
Se recolectan cuando la raíz empieza a asomar en la superficie de la tierra, comprobando manualmente (escarbando ligeramente a su alrededor) que su grosor es el adecuado. Para extraerlos se toman por el tallo y se tira de ellos; si la tierra es ligera saldrán con facilidad. Es importante recolectar los rábanos dentro de su periodo aunque no los vayamos a consumir inmediatamente (siempre los podemos encurtir), porque florecen y se endurecen mucho resultando totalmente incomestibles. No tardar en consumir los rábanos después de recogerlos, preferiblemente en crudo, con objeto de aprovechar todas sus vitaminas y propiedades.
Plagas y enfermedades |
El rábano es una hortaliza muy sana. Tiene un ciclo biológico muy corto (sólo unos 25 días), y por tanto apenas le da tiempo a contraer las típicas enfermedades que afectan a otras crucíferas. Si se dejan pasar de tiempo terminan por florecer y, además de que resultan incomestibles, les pueden atacar unas orugas diminutas que roen la raíz; en este caso hay que utilizar insecticidas.
un artículo de esta web: "Naturaleza educativa: www.natureduca.com"
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